martes, 27 de marzo de 2012

Un puesto del jurado en el aire

“Se llama copla” está más vivo que nunca y esta vitalidad se puso de manifiesto el sábado, cuando en pleno directo Don Pive Amador anunció a la audiencia que quería ceder su puesto en el jurado a Inmaculada Jabato, o según palabras: “A Inmaculada Jabata, porque es feminista”. Sin duda, Pive nunca deja indiferente a nadie…

Tengo que reconocer que, en ocasiones, Pive carece de sutileza a la hora de exponer sus valoraciones o comentarios. Pienso que ésta es una de las razones por la que se puede desvirtuar la esencia de lo que realmente quiere decir. Pero debemos recordar que el ser sutil no es sinónimo de llevar la razón.

Con todo este revuelo, Pive ha vuelto a hacer de las suyas… ¡y es que es incapaz de contenerse cuando se siente atacado! El enfrentamiento Pive vs. Inmaculada ya viene de lejos, y sus diferencias cada vez son más evidentes. Creo que la relación entre ambos está basada en un amor-odio, y esto es lo que les hace únicos.


Aunque personalmente no me gusten los malos rollos, tengo que admitir que en el fondo, estos encontronazos y estás “salidas de tono”, son lo que hacen que nos gusten más estos personajes. ¿Por qué? Porque se mojan, dicen lo que piensan, no se cortan aunque haya una cámara delante y eso los hace humanos, cercanos al espectador, y por qué no, entrañables.

Si tuvierais que decidir entre Inma o Pive como miembro del jurado… ¿Con quién os quedaríais? Yo creo que sé por quién me decantaría…

Y es que aunque admire a Inmaculada Jabato porque pienso que es una gran profesional de la comunicación y conocedora del mundo de la copla, tal y como demuestra todas las semanas en su programa de radio “Mar de coplas”, mi corazón pertenece a Pive Amador.

Es un personaje controvertido, espontáneo, que se hace querer, porque es él mismo, y por supuesto, porque se ha ganado su puesto en el programa, no sólo como productor musical, pues hace una labor inigualable, sino también como miembro del jurado. Y es que Don Pive Amador es indispensable en “Se llama copla”, sin él, esto no sería lo mismo… 

viernes, 23 de marzo de 2012

Un jurado de 10...

Hoy mis palabras van a ir dirigidas a los miembros del jurado, concretamente a las dos nuevas incorporaciones de esta segunda fase: Patricia Vela y Carlos Vargas.

He de reconocer que al principio, la idea de cambiar de jurado, me inquietaba. Cuando estaba hecha a las valoraciones de Alba Molina y Felipe Conde, cuando empezaba a tenerle ese puntito de cariño propio de ver cada semana la gala, ahora van… ¡y me los cambian!
¡Pero qué cambio…! Me encantaaaann los nuevos fichajes… Carlos Vargas aporta su sabiduría en el escenario, sus valoraciones son justas y consecuentes. Él sabe de lo que habla, suele pasar cuando se comparte gremio y sentimientos, sobre todo, porque él como los concursantes, también ama la copla.
Pero, sin duda, he aquí mi gran descubrimiento… ¡¡¡La inigualable Patricia Vela!!!

Es clara, siempre da en la diana, y a menudo, se presta cual centro del universo, para sentar cátedra con sus propios ejemplos. Porque ella se gusta, se quiere, y ese amor propio, traspasa la pantalla.  Es un personaje televisivo, que engancha, que atrae cuando habla… ¡ella es diferente! No se ajusta a patrones, tópicos ni típicos… es tan viva como el propio programa. Y eso es precisamente lo que mas me atrae de este nuevo fichaje.
El mundo necesita personas seguras, que arrasen por donde pasen… Sería interesante que los propios concursantes aprovecharan lo mejor de cada miembro del jurado para llevarlo a su terreno.  Al fin y al cabo, ellos no sólo están ahí para valorar; con sus experiencias y sus conductas, ayudan a formar a estas nuevas promesas. Aunque si nos ponemos quisquillosos, habría que puntualizar, que no siempre dan en el clavo… tenemos que ser justos.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Ana Pilar, algo más que una concursante

Hoy me gustaría tender una lanza a favor de aquellos concursantes, que probablemente no gozan de una portentosa voz, pero que a mi humilde parecer son absolutamente necesarios dentro del programa. Porque ser artista no es sinónimo de tener una voz prodigiosa, sino que es un compendio de muchos factores. Está claro que si eres cantante, tienes que saber cantar, pero esto no lo es todo, también tienes que saber desenvolverte en un escenario, tienes que sentir lo que cantas y hacer sentir al público lo que la canción transmite.
Todo esto viene a raíz del eterno debate que se plantea sábado a sábado con Ana Pilar. Que si canta o no canta, que si es coplera o que si no, que si merece estar o no dentro del programa.
Estoy cansada que se cuestione la valía de aquellos concursantes que por salirse un poco de los cánones estrictamente copleros, se les tenga que minusvalorar y estén sometidos constantemente a un tercer grado. Teniendo que estar  justificándose constantemente por estar en el programa, y aceptando críticas, que provienen en muchos casos de otros concursantes, que aunque sean los más copleros del mundo no transmiten absolutamente nada.

Parece que si no te cortas las venas o te rasgas las vestiduras sobre el escenario no eres coplero. ¿A caso Carmen Sevilla disfrutaba de una voz extraordinaria? No. Pero… ¿nos atreveríamos a decir que es menos coplera por ello? Pues tampoco. Simplemente hacía una copla diferente, pero tan necesaria como la Juanita Reina o Marife de Triana.Pues bien este es el caso de Ana Pilar o de otras concursantes que han pasado por el programa, que se han visto en la tesitura de verse juzgadas, por el mero hecho de entender la copla de otra forma. Debemos comprender ya de una vez, que la copla bebe de otros estilos musicales, y por eso, podemos encontrar: coplas bolero, coplas con sabor a habaneras, o incluso coplas con ritmo a ranchera, como la que interpretó magistralmente la semana pasada Ana Pilar con “Si no fueras tú”.

El perfil de concursante de Ana Pilar es básico, primero porque son capaces de hacer coplas que otras, a las que se consideran muy copleras, no serían capaces de hacer, además modernizan este género, una cuestión necesaria para mantenerla viva, y por último, porque es un placer para los sentidos verla sobre el escenario. Lo más importante para cantar copla es sentirla y saber decirla, y eso no te lo da una buena voz, sino la capacidad de sentir…