La incertidumbre y el desconcierto se adueñan de “Se llama copla”. Llevamos tres semanas frenéticas que nos han dejado descolocados, y es que cuando menos te lo esperas el programa da un vuelco y se rompen todos tus esquemas de inmediato.
La revolución empezó hace tres galas. Dos de los viernes nocheros más fuertes, María Carmona y Fernando Reynoso, se enfrentarían a un doble reto. Luis Muñoz ya había avisado que los alumnos de la Escuela de la Copla iban para quedarse y desde luego no se equivocaba. Las primeras víctimas fueron Ana Pilar y Rocío Peláez. En el caso de Ana fue toda una sorpresa, aunque no fuese una de las más fuertes en cuanto a voz, si era quién tenía la puesta en escena más potente sobre el escenario, y siempre había estado muy bien posicionada por parte del público, pero la suerte no estuvo de su lado esa noche y todo se puso en su contra. Empezó a cantar muy nerviosa y dubitativa, porque nadie se esperaba esa situación, aun así hizo una versión preciosa de María de la O, pero la vena coplera de María se impuso a la elegancia de Ana Pilar.
El caso de Rocío si era más esperado, no tenía el apoyo del jurado y el público no siempre estaba con ella. Su único apoyo hasta el momento era Juanfran, pero esa noche también le falló, al no ser favorito de la noche no pudo salvarla y el desenlace ya era de esperar… el jurado se decantó por el duende flamenco del granadino y aunque Rocío peleó con uñas y dientes por conservar su banquito, todo fue poco para permanecer en el programa.
Los llantos fueron protagonistas del momento porque nadie se esperaba tal resultado. En una noche sufrieron dos bajas inesperadas… los concursantes no daban crédito a lo sucedido.
Tras lo sucedido los concursantes se dieron cuenta que nadie es imprescindible en el programa, y que todos pueden caer… desde este momento empezó la verdadera esencia del concurso.
Como consecuencia los alumnos de la Escuela de la Copla se vinieron arriba y empezaron a ser consciente de sus posibilidades de entrar. Y dicho y hecho… en la gala posterior Ana María Morales se impondría ante Mª Carmen Molina, frente a un Trece de mayo, cuanto menos controvertido, y es que la retante se equivocó en la letra, cortándose las venas dos veces… pero el jurado en este caso hizo caso omiso al desliz y prefirió su actuación al de la veterana. ¿Pensáis que jurado debe actuar siempre bajo las mismas reglas o deben ser flexibles si ven que el cambio es bueno para el programa?
La salida de Mª Carmen dejó aún más descolocados a los concursantes, y cuando ya se esperaban que no podía pasar nada peor… la cordobesa Cristina Serrano quedó fuera de concurso tras retarse con su compañera del Viernes Noche, Raquel.
Tres noches de expulsión consecutivas, cuatro concursantes eliminados, lágrimas, y sobre todo, copla mucha copla es lo que nos ha dado en las últimas semanas el programa. La reflexión que sale de todo esto, es que nada es previsible, nadie imprescindible y que queda mucho programa por delante, y no sabemos lo que nos deparará estos meses.